domingo, 25 de abril de 2010

Cuando las cosas no van como uno espera...

Creo que en e mundo hay una especie de karma o llámalo X que hace que lo malo que te ocurre luego te revierta en bueno, etc...

Pues ya me puedo preparar para el tiempo de mi vida porque: me han echado de mi trabajo (no he pasado el periodo de prueba de año y medio), se me han desmagnetizado las tarjetas de banco y del gimnasio, no tengo derecho a paro, el autobús en el que iba el otro día tuvo un accidente, quise devolver un aparato en una tienda y me acusaron de haberlo usado y, como no, ayer se me cagó un pájaro encima justo cuando empezaba a estar en paz conmigo misma y decía: "qué bonitos que son estos días soleados de primavera...".

Ya sé que en una situación normal todo esto no se cataloga como mala suerte, pero cuando uno anda bajo de ánimos... parece como que el mundo, el karma y los dioses están contra ti.

Hoy tengo lo que equivaldría a una entrevista de trabajo (en plan informal), así que por favor: "¡que el karma esté conmigo!".

sábado, 10 de abril de 2010

París, París

Un fin de semana familiar y fugaz en París: un par de cosas curiosas...

Descubrí la mejor tarta del mundo: ¡qué buena que estaba!, merengue de rosas relleno de crema y frambuesas. Ahora entiendo cuando los "entendidos" hablan de explosión de sabores en la boca...


Las hermanas sisters en el Sacre Coeur...


"El hombre tiene que ser valiente" vamos que tiene que tener...


lunes, 5 de abril de 2010

Váyase usted a fiar


Así comenzó la semana santa de libertad para mis padres. Silvestre, el nuevo gatito, desapareció. Es más lanzado que Luna y no se conforma solo con jugar por el jardín, sino que se escapa a la calle (como acabamos de descubrir). Y un día no volvió. Mis padres desataron la operación "Quién sabe dónde". Carteles plastificados en el barrio, veterinarios, sociedades protectoras de animales, etc.

Mientras tanto, se percataron de que en la farola que se encuentra al lado de la casa de enfrente, alguien había quitado el cartel. Bueno, casualidad, un gamberro. Menos casualidad fue encontrar la goma de pelo rosa que utilizábamos como collar también en los aledaños de esa casa...

Ya desesperados, mi padre se lanza a la calle con bloc de notas a llamar a las casas de los vecinos a preguntar y a tomar detalles. La vecina de la casa de enfrente no quiere abrir la puerta y lo que dice suena raro. Por la tarde, allá que se va mi madre en plan "no sin mi mascota" y vuelve a llamar a la casa (haciéndose la sueca). La vecina no abre y empieza a decir cosas raras al telefonillo: cómo es que dejan a un gato salir de casa, cómo es que no tiene un collar de verdad, etc... Mi madre le dice que la policía está avisada, que todos los veterinarios de la zona están avisados (porque lleva microchip), etc.

Un par de horas más tarde, recibe mi madre un mensaje en el móvil diciendo: "no busques más al gato, lo has encontrado".

Pues sí, los niños de los vecinos vieron al gato, lo cogieron y se lo llevaron a casa. Vale, hasta ahí todo bien. Quitar el cartel, sacarle el "collar" (goma de pelo precisamente porque todos los collares eran demasiado grandes), mentir a mis padres a la cara... me parece cruel, inhumano y despiadado. "No es que los niños querían un gatito y mi marido no, y con eso de que lo habíamos encontrado pues a lo mejor le convencíamos". Señora ROBADO querrá decir. ROBADO.

En fin, que sigo alucinando pepinillos... habrá que no quitarle el ojo al gatín porque en sus excursiones puede encontrarse con la Cruela de Vil gatuna!!!!