viernes, 23 de noviembre de 2007

¿Quién me llena los agujeros?

Malpensados, que sois unos malpensados... no os voy a entretener con peripecias sexuales, que para eso hay otras páginas en internet. Os quería contar los pasos para conseguir que un pintor venga a tu casa a llenar agujeros y mejorar el aspecto de tu casa.

Y es que, por si no lo sabíais, las casas aquí son Altbau / Neubau (edificio antiguo / nuevo). Ya tendrían que zumbarte los oídos cuando ves lo de Altbau saniert, es decir que está ¿"saneado", "remodelado”, "habitable"? (a mí me suena como a que han quitado las ratas y en vez de letrina ya tienes váter). Bueno mi altbau saniert sufrió una reforma (sí, he dicho sufrió) y para cuando vi la casa, ya no tenía que echar palas de carbón en la mega estufa que tengo en el salón sino que habían puesto radiadores. Pero me habían dejado las paredes con mil agujeros (para que luego digan del Pepe Gotera).

Y yo pienso, ¡ah, no! esto me lo tienen que arreglar en un momentín. Pues estos fueron los pasos a seguir:

1 - El momento casero: Es el momento clave de la negociación, porque si a éste no ve necesaria la reparación, el pintor te lo pagas tú... y entonces es cuando empieza el debate sobre qué agujero es desmesurado o no.

2 - LA FRASE: "Der kommt". Si vuelvo a oír otra vez esa frase, que me sujeten. Porque durante varios, varios días (que se convirtieron en semanas y hemos llegado al mes), he pasado puntualmente por la farmacia que regenta mi casero a decir: "El pintor no ha venido, ¿sabe si le ha pasado algo?". Respuesta: "Der kommt" (él viene). Y así se te pasaban los días viendo los agujeros y el pintor que no venía.

3 - Momento caída del guindo: Cuando veo a un propio arreglando (Y PINTANDO) el portal y pienso, a ver si éste va a ser el pintor, ¡MI pintor! Total, que despliego mis mejores armas de seducción: sonrisa de oreja a oreja (con los hoyitos tan marcados que duelen) y cara de niña desamparada. "¿No será usted por casualidad el pintor que mi casero va a mandar para llenarme los agujeros?", "Sí" contesta él y me lo llevo a rastras para mi casa para enseñarle lo que hay que arreglar (el que siga pensando mal, tiene un problema). Todo maravilloso, hasta que llegamos a otra frase célebre "Nächste Woche" (la semana que viene). Entonces pasamos al:

4 - Momento la semana tiene 7 días y no catorce, cabrón. De ahí ya sólo para abajo...

5 - Momento vergonzoso, ¿alguna vez le habéis hecho prometer a un pintor que venga a vuestra casa?, pues yo sí. Me lo encontré en el portal, con tres vecinos pululando y le hice prometerme que nächste Woche iba a ser nächste Woche de verdad.

6 - Momento en el que te desesperas porque tu novio te dice que te están tomando el pelo y que el pintor no va a venir y que él se ofrece a llenarte los agujeros (sois unos pervertidos todos, si seguís pensando en lo mismo). Pero no, ésta es mi cruzada y el pintor va a venir por mis narices.

7 - Y vino Dios a verme, o más bien el pintor, y con la emoción, casi le abro en cueros (como diría mi abuela). Hoy he llegado a casa y tenía todos los agujeros tapados. ¡Una felicidad!

jueves, 8 de noviembre de 2007

Todos tenemos ciertas habilidades, torpezas y ciertas cosas para las que somos completamente nulos. Quién no ha oído lo de "Fulanito es un manitas" o "a Menganito se le da de miedo...". Bueno, pues la estancia en Berlín está sacando lo peor de mí.

Y es que hace un par de días me puse a cocinar un arroz. Cosa simple, hasta que quiero abrir la lata de tomates pelados. Como era de la marca barata del supermercado, olvídate del abrefácil. ¡No hay problema!, tengo un abrelatas nuevecito. Perfecto, si sabes usarlo. Sí, es cierto, nunca he sido capaz de abrir una lata. Puedo escusarme con eso de que soy zurda, pero cada vez me suena menos convincente. Total, que al final acabé abriendo la lata con una navaja, vaya cisco monté, ¡parecía eso una carnicería!

Pero la cosa fue a peor cuando me encontré en el IKEA (sí, de nuevo) en la zona de Beleuchtung (iluminación, vamos) con cara de no haber visto una bombilla en mi vida. Necesito una E27 de máximo de 150W. Bien hasta ahí vamos por buen camino. Hasta que pasamos al asunto: ¿de las que ahorran energía?, ¿tipo foco?, ¿luz más blanquecina o más amarillenta?, ¿en forma de llama o redondita o alagada?, ¿halógena?... no mire usted, es que ¡yo sólo quiero una bombilla!

Me rindo ante la evidencia: no se abrir una lata y soy nula para la iluminación (y para toda la decoración en general, pero eso lo dejamos para otro momento). Solución: pues supongo que habrá que aprender en algún momento, pero yo sigo agradeciendo que tengo un caballero con armadura blanca (también algo oxidada, jijiji) que ha venido a verme, me ha traído un abrelatas para tontos, y me ha puesto todas las lámparas y bombillas.

Conclusión: ¡déjate querer tonta!

viernes, 2 de noviembre de 2007

Santa Nómina

¿Quién no ha oído hablar de San Sebastián? (el de las flechas) ¿y de San Jorge? (el del dragón) ... Pero seguro que no conocéis a la mejor santa del todo el santoral. Fue canonizada hace años por mi madre: Santa Nómina. Es una santa muy peculiar porque no tiene un día fijo en el santoral, sino que depende de cada cual. Pero ¡hay que ver cómo festejamos el día de santa nómina!, oye, una alegría que le entra a uno...

En el caso de los becarios ICEX, Santa Nómina es el día 2 de noviembre porque: ¡por fin nos han pagado! Ahora, llamada a Pepi la del banco: "¡Pepi!, ¿me podrías hacer la transferencia muuuu rápido?" y dentro de tres días (dos, con suerte) tendré el dinero en la cuenta germana. Igualito que una carrera de obstáculos, pero ya estoy viendo la meta...

martes, 30 de octubre de 2007

Las miguitas de pan...

Lo que yo no sabía al llegar a Berlín es que la oficina se encontraba en el mismo edificio que la embajada. Por lo que, cuando fui a la oficina por primera vez, me encontré dando vueltas y más vueltas a la verja de hierro. Hasta que reuní el coraje para llamar por uno de esos telefonillos en los que sabes que te están mirando pero tú no ves nada. Cómo los odio. No sabes si poner la sonrisa de niña buena o cara de formal para que no crean que estás tomándoles el pelo. Y después de un "Du bist die Neue" (Vamos, un "eres la nueva" de toda la vida) que me sonó un poco a cachondeo, me dejaron entrar y descubrí que, voilà, la embajada y la oficina comercial están en el mismo sitio.

A otra cosa mariposa. Como ya os dije tardo 10 minutos en bici al trabajo, pero lo mejor es que la mitad del camino es a través del Tiergarten: el Retiro berlinés para que nos entendamos. ¿Os gusta el caminito a lo Hansel y Gretel que os he hecho? Se llama Grosser Weg (camino grande) y es el camino por el que voy todos los días. Ahora está cubierto de hojas de colores ocres, ¡qué chulo que es el otoño! Esta mañana uno de los lagos tenía un mantel de hojas.Ya se le quitará todo el romanticismo al asunto cuando salga de trabajar, sea de noche (no está alumbrado) y haya nevado. Veréis la bofetada romática que me voy a dar ;-)


domingo, 28 de octubre de 2007

¿Dónde está mi bici?

Aquí tenéis el motivo por el que mejor no comprarse una buena bici y dejarla aparcada en Berlín...

Es por ello que mi bici es una chatarra andante. Tampoco se puede pedir mucho por 20€ en el Flohmarkt. Eso sí, tengo una bici rosa, quién lo diría, yo con una bici rosita, como la BH que tenía de pequeña.

Pero sobre todo me permite llegar a la oficina en 10 minutos: todo un lujo. Adiós a esa hora y cuarto para ir a Ópera o esa media hora para el CECO. ¡Se acabó!

Willkommen, bienvenue, welcome...

Llegar a Berlín y tener una casa sin muebles resultó ser más complicado de lo que pensé en un principio. Entre otras cosas porque mis queridos alemanes no aceptan la tarjeta Visa en ningún lado (y como supondréis, eso incluye IKEA).

Así que tuve que decidirme entre pagar una comisión de la leche al banco por sacar dinero o esperar a tener cuenta alemana y sacar dinero de ahí. Me decanté por lo último y, como no, cuando la transferencia no llegaba y yo seguía sin muebles (ergo sin casa), me arrepentí.

No lo consigo entender. Y la puñetera EC-Karte (tarjeta de débito), que es como una tarjeta VIP: sin ella no vas a ningún lado. Ni Visa Electron, ni Master Card, ni leches... Como véis ya he convencido a unos cuantos para manifestarse bajo el lema: "Yo también quiero pagar con Visa en IKEA" ;-)