lunes, 28 de julio de 2008

Mini meeting

Como habéis visto, hay bastante actividad por estos lares y es que, ¡me voy de vacaciones! con mis padres, los gatos, mis hermanos, las bicis, dos jamones y mi novio guiri. Todo ello en dos coches y "pa Asturies". Así que os dejo unas cuantas entradas para aburriros en mi ausencia.

Y, como suelo hablar de mis viajes (casi es lo único de lo que hablo), no había puesto ninguna foto del Mini Meeting 2008 en Holanda. Ahí van unas muy chulas que nos sacó la organización.


Sí, es un coche, es el mini militar (MINI MOKE). ¿Os imagináis a los soldados en él?






Y si le añades una caravana, este es el resultado.


Qué dura la vida de los becarios :-P
















Publicidad de la buena

No me había fijado, pero la campaña contra el contagio de sida que hacen en Alemania es fantástica. Es perfecta para que se den por enterados los adultos y los niños ni se den cuenta de de qué va la cosa.

Mi favorito es éste:
Reiseproviant (previsor en viajes).

Me encanta la kartoffeln con las frutas exóticas... es genial.

Otro que es muy chulo es el de los ositos de goma (Gummibärchen) que se tranforma en Gummi, Bárchen! (¡Goma, ositos!). Es muy bueno.


jueves, 17 de julio de 2008

Praga

Vale, las cosas no te pueden salir de acuerdo con el plan, si no había plan desde el principio. De nuevo un viaje del frente Gironés Soroa (sin el enano de Jose, que si se dignara a aprobar alguna nos lo traeríamos con nosotras), pero esta vez con novio incorparado, David.
De nuevo caos, falta de organización y, sobre todo, muchas risas. De esas que empiezas a doblar la parte superior del cuerpo y a cruzar las piernas porque no sabes si vas a acabar teniendo un percance.
El destino: Praga. Ninguna de las dos lo habíamos pisado, David sí y todavía tiene pesadilla con los niños persiguiéndole para que les diera dinero... "Chicharro, chicharro".

El medio de locomoción: coche alquilado a través de un mayorista de un mayorista que resultó salir bien.

El viaje: una pesadilla. Entrando en tierras checas el cielo cayó sobre nuestras cabezas. Una lluvia torrencial, no se veía ni un pijo, el cielo negro y nosotras, como no, con ropa de verano. Experimenté qué es eso del acuaplaning, que en ciertas zonas fue casi surfing, yo giraba el volante y el coche no venía conmigo. Llegamos sanos y salvos a nuestro destino, que no a nuestro hotel porque, como ya es tradición no teníamos mapa (mea culpa).

Total, que después de muchos giros prohibidos, cambios de sentido con un tranvía pisándonos los talones y de preguntar a tropecientas mil personas, una señora: 50 años, borracha y que decía hablar alemán se nos sube al coche y dice que nos lleva. Sí, podía haber sido una psicópata pero yo quería llegar al hotel ipsofacto. Se sube al coche y:

- "Also, fahre ich nach rechts (me voy a la derecha)?"- le digo yo.
- "Nein"
- "Nach links dann(a la izquierda entonces)?"
- "Nein"
-"Geradeaus(recto)?"
- "Nein"

Mierda, pues va a ser que no habla alemán tan bien como esperaba... Después de enseñarle lo que era derecha, izquierda y recto (además de que con el coche por prohibída no se debe ir) empezamos nuestro trayecto y, ¡sorpresa!, llegamos a buen puerto. Resultaba que la buena mujer vivía allí y había visto el cielo abierto porque la llevábamos en coche a casa.

Para rematar el día, nos dice la de recepción que nos abre el parking y resulta que es un ascensor para coches, vaya yuyu que daba la cosa.
Al día siguiente turismo del de "pero que dura es la vida del turista". Al fin y al cabo sólo teníamos un día y medio para ver Praga.
Como anécdotas, la conversación con la mujer que vendía los tickets en el barrio judio, era igual que la de la agencia de viajes de Little Britain:
- "Nos da 3 tickets de estudiante para ver la sinagoga vieja".
- "¿El cementerio no?".
- "No, gracias, sólo la sinagoga".
- "¡Pero si sólo váis a ver esto!" (y saca la postal más fea que jamás habrán hecho de la sinagoga).
- "Ya, ya lo sabemos, pero queremos ver eso".
- "Son 200". (Eso era el ticket del cementerio, lo nuestro eran 140).
- "No, son 140, 3 tickets de estudiante para la sinagoga vieja".
- "Ajjjjj!!!!".
De verdad, igualita que la de Little Britain (para el que no lo haya visto nunca).




Finalmente, no podíamos irnos de Praga sin hacer algo que es tradición. Que se nos joda el presupuesto del viaje. Esta vez por una multaza en el tranvía por no llevar ticket válido... y encima el controlador era tan majo que te daban ganas de darle las gracias y todo...




La próxima, la boda de Gemma en Leeds, todo un acontecimiento social... en cuanto me haga con fotos escribo la entrada.

domingo, 6 de julio de 2008

Bucarest

Tengo a Elenita nerviosa a ver qué voy a decir de mi viaje a su país natal. La verdad es que es una pena, es un país con mucho potencial. Muchos lo comparan con España cuando entró en la UE, pero el dinero de la Unión Europea se va a quedar por el camino, de bolsillo en bolsillo... Y es que si decía yo en el post anterior que Italia es un país de pandereta y sonajero, Rumanía adquiere tintes surrealistas.
Me alegré de ver a Rodrigo como pez en el agua. Lo mejor, los movimientos de manos y cejas al hablar acompañados de un pff, eei o distintas interjecciones que, aunque para Dani y para mí inteligibles, tenía el resultado deseado: conseguir mesa, que te trajeran dos cervezas, pagar una entrada.

Mi llegada suave, tenía al frente rumano y alemán esperándome en el aeropuerto. Ya en el control de pasaportes me di cuenta que en Rumanía las colas son representativas, vamos que hay que hacerlas, pero no sirven para nada. Se me coló todo el mundo.

Parada técnica en casa de Rodri y salida para celebrar sus 26 primaveras. Segunda parada, cena en La Cocosatu (véase el restaurante del jorobado). Sí está ahí, es de verdad y batiría al de Notre Dame si quisiera entrar en el Guiness de los records. Disfrutamos de los micis que son bolitas de carne (no conseguí descifrar de qué tipo) con unas patatas magníficas (decían de las alemanas). Muy rico. Las conversaciones sobre política local se suceden entre Rodri y los españoles expatriados y arumanados: nombres, partidos y anécdotas... Luego terracita, cervecitas y a la cama que al siguiente día toca excursión.





El plan inicial un viaje por la Transfagarasan, el conductor, Óscar, antiguo becario de cámaras rumanizado hasta puntos increíbles... Desde que nos subimos en el coche el día empezó a prometer. Óscar tenía el mismo sueño que el resto y la idea de conducir hasta tan lejos no parecía que le pareciera halagüeña. Después de un par de pff, eii rumanos de Rodri seguimos con el plan inicial y nos aventuramos a las carreteras rumanas. (Pequeño inciso: nuestro chaufeur se acababa de sacar el carnet por esas tierras hacía unos meses, damos fé de su conducción rumana. No obstante nos llevó y nos trajo de una pieza, a pesar de las carreteras rumanas y de la lluvia y eso se agradece.)

La primera parada, una especie de costa valenciana en medio de Rumanía, Curtea de Arges, con un bonito monasterio. Según la leyenda plasmada en un poema tradicional, después de varios intentos fallidos de construirlo (las paredes se caían continuamente), el arquitecto Mesterul Manole rezó para poder acabar su obra. Sus plegarias recibieron respuesta en forma de una visión en la que Dios le instaba a a sacrificar a su mujer y emparedarla en el monasterio como único modo de acabarlo. En una de las paredes todavía puedes ver sus lágrimas...



No se nos informó de cuál era la siguiente parada para que no saltáramos del coche en marcha. Casi 1.500 escalones en medio del monte para subir al que fue el castillo original de Vlad Tepes (usease Drácula), las ruinas de Poienari. Una vez arriba, después de 20 minutos subiendo escaleras y sudando como pollos, descubrimos que del castillo quedan cuatro ladrillos (para mí, sólo el subirlos allí ya es una proeza). Las vistas eran magníficas, todo naturaleza, precioso. Este país debería explotar el turismo rural, porque tiene mucha naturaleza que ofrecer. Para el turismo cosmopolita... todavía deberían cambiar mcuhas cosas...
Y venga a subir escaleras


Luego a bajar


En la comida empezó a diluviar y el plan empezó a hacer aguas. Cambio de rumbo, nos vamos a un pueblo perdido de la mano de Dios donde asesinaron a Ceaucescu. Hasta ahí, parece tener atractivo histórico la cosa, si no fuera porque pasamos por delante de un muro y Óscar dijo "ahí le fusilaron". Joder, y para esto nos damos el paseo, mi mentalidad alemana se esperaba una casa museo, exposición, etc... Vimos el palacio, que tiene un pase y de vuelta a casita que estábamos todos para el arrastre.


El domingo vimos la gloriosa casa Poporului, conocida por ser el segundo mayor edificio del mundo tras el Pentágono. Hay que destacar que, todos los materiales, toda la decoración, e incluso los bichos que seguro que recorren el palacio; todos ellos son rumanos. En eso consiste la visita. Aquí hay una sala con mármol rumano. Aquí hay otra sala con seda rumana. Aquí hay otra sala... y así hasta el fin de los siglos. Lo me que dejó de cuadra fue el hecho de que, vale que la idea y las obras se comenzaron bajo las órdenes del loco de Ceaucescu, pero resulta que para cuando cayó, el palacio sólo tenía los cimientos y decidieron seguir adelante con esa locura arquitectónica. La mejor frase del guía "los rumanos cuando visitan el palacio se dan cuenta de que todo lo que han sufrido ha sido para construir esto". Pues nada, ahí queda eso... surrealista...


Como anécdota curiosa, el asunto de los cables. El que vaya a Rumanía y les cuente que no sólo puedes meter todos los cables en un tubo, sino que también los puedes meter bajo tierra, se va a hacer de oro...
Como colofón, la celebración de la Eurocopa en Bucarest y de vuelta a la civilización y cuadrícula germana, casi que se agradece.


Muchas gracias a nuestro anfitrión por un finde inolvidable.