jueves, 25 de junio de 2009

Como mi vida misma

Stufen

Wie jede Blüte welkt und jede Jugend
Dem Alter weicht, blüht jede Lebensstufe,
Blüht jede Weisheit auch und jede Tugend
Zu ihrer Zeit und darf nicht ewig dauern.
Es muß das Herz bei jedem Lebensrufe
Bereit zum Abschied sein und Neubeginne,
Um sich in Tapferkeit und ohne Trauern
In andre, neue Bindungen zu geben.
Und jedem Anfang wohnt ein Zauber inne,
Der uns beschützt und der uns hilft, zu leben.

Wir sollen heiter Raum um Raum durchschreiten,
An keinem wie an einer Heimat hängen,
Der Weltgeist will nicht fesseln uns und engen,
Er will uns Stuf' um Stufe heben, weiten.
Kaum sind wir heimisch einem Lebenskreise
Und traulich eingewohnt, so droht Erschlaffen,
Nur wer bereit zu Aufbruch ist und Reise,
Mag lähmender Gewöhnung sich entraffen.

Es wird vielleicht auch noch die Todesstunde
Uns neuen Räumen jung entgegen senden,
Des Lebens Ruf an uns wird niemals enden...
Wohlan denn, Herz, nimm Abschied und gesunde!


Hermann Hesse

Cortesía de Isabel


Stages
By
Hermann Hesse


As every flower fades and as all youth
departs, so life at every stage,
so every virtue, so our grasp of truth,
blooms in its day and may not last forever.
Since life may summon us at every age
be ready, heart, for parting, new endeavor,
be ready bravely and without remorse
to find new light that old ties cannot give.
In all beginnings dwells a magic force
for guarding us and helping us to live.
Serenely let us move to distant places
and let no sentiments of home detain us.
The Cosmic Spirit seeks not to restrain us
but lifts us stage by stage to wider spaces.
If we accept a home of our own making,
familiar habit makes for indolence.
We must prepare for parting and leave-taking
or else remain the slaves of permanence.
Even the hour of our death may send
us speeding on to fresh and newer spaces,
and life may summon us to newer races.
So be it, heart: bid farewell without end.

¿Soy la única paganini?

Mira que yo iba a Madrid con ganas de bodorrio, juerga, comer cosas ricas, ver a la familia y amigos, etc.

Entre mis planes también tenía intención de darle un poco de alegría al cuerpo y quemar la tarjeta de crédito de compras. Hasta que llegué a casa.

- Hija, te ha llegado el borrador de la declaración. - Me dice mi padre a modo de saludo. - Mierda - pienso yo - que seguro que toca pagar.

Equilicuá.

Adiós a mis compras madrileñas...

A veces tengo la sensación de que soy la única idiota pagando impuestos... y todo para que al acabar la beca no me dejen cobrar el paro.

martes, 16 de junio de 2009

Cómo renovar la bici anualmente

Es muy fácil, apárcala en el patio de mi casa que es particular y cuando no llueve y se te moja la bici, te la roban...

Sí señores, segunda bici en menos de dos años.

El otro día fui a sacar la basura y donde tenía atada mi bici, se encontraban dos váteres viejos, sí, dos váteres... Salgo a la calle, donde Jon me espera y le pregunto, ¿has cogido mi bici? (supuse que con los váteres no tenía nada que ver). - No - me responde. - Pues me la han robado otra vez.

Vuelta a la comisaría a poner una denuncia, al seguro, a la tienda de bicis, etc. Pero si ya empezaba a tener óxido y yo pensaba "con un par de lluvias más, ya es vieja y no la tocan...

Pues nada, a escoger una bici nueva, o mejor me compro un patinete :-)

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Adiós falda tubo, hola pantalón elefante!!!!!!!!


Se acabó, porque yo me lo propuse... :-P

Rucutún tun tun...

domingo, 14 de junio de 2009

Berlin, Berlin, du bist so wunderwar...

Estamos en Berlín.

Y cuando se te olvida tienes un día de estos que te lo recuerda.

De camino a casa un domingo a las 5 de la tarde se me sienta un señor al lado en el metro y me dice: "el metro en Berlín hace mucho ruido, no como el de Hamburgo". Yo le miro, con actitud alemana (y éste ¿qué quiere ahora?). Y le observo: edad indeterminada, ni muy viejo ni muy joven (nunca he sido buena adivinando), buena pinta, negro como el tizón y con la nariz más ancha que jamás he visto y unos ojos negros de esos que te atraviesan al mirarte. Como siempre, le contesto - nunca se me ha dado bien lo de ser borde con desconocidos-. Me cuenta su vida y me dice que está trabajando en el teatro de Hansaplatz y que si lo conozco. Al decirle que no, me regaña por estar poco culturizada (eso me pasa por ser simpática con extraños).

Salgo del metro y me encuentro con el vagabundo con el que más confianza tengo. Y digo confianza porque ya le he visto sus partes varias veces. La primera, que además fue la que me dejó boquiabierta durante un rato, fue el otro día cuando subiendo por las escaleras mecánicas del metro me doy la vuelta para ver a mi amigo varios peldaños más abajo, pantalones bajados, su cola al aire y haciendo pis alegremente de izquierda a derecha cual surtidor. Mi horror fue más por la gente que subía por el lado izquierdo con intención de adelantarle. Como los surtidores de los parques, hay que correr para que no te pille.

Y para rematar la tarde, en el descansillo del metro me encuentro a una rara especie "el berlinés cool" jugando al futbol que me hace un pase con la pelota en plan "venga amiga, no nos nonocemos de nada pero, ¡pásamela!".

Lo dicho, por si se me olvidaba que estoy en Berlín.