En un pequeño pueblo a orillas del río Mosel de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no me acuerdo, encontramos la atracción del viaje (o eso me pareció a mí).
Ahí estaba sobre un nido perfecto y mira que pasaba gente con perros, pero el cisne no se movía. Se había colocado al lado de un cartel que decía "Keine Auslaufzone für Hunde" (vamos, no dejen a sus perros sueltos en esta zona). Si es que en Alemania hasta los animales son prácticos...
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