Y es que por muy simple que suene, un capitulillo de una serie ñoña me alegra el día. Esta vez le ha tocado el turno a Big Love.
Se trata de una serie de mormones de Utah que para más inri son polígamos. Un marido, tres mujeres y una prole de niños que no veas. Es interesante a la par que surrealista y me río un rato con ella.
Para aquellos a los que todavía no he iluminado en el mundo de las páginas para ver cosas online, áhí van un par que a mí me funcionan:
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